Ayer vimos una película francesa en Netflix sobre adopción.
Se trata de una comedia que gira entorno a un matrimonio francés de origen africano en espera de una adopción nacional. Esta pareja por fin recibe la llamada tan esperada que les presentará a su futuro hijo: ¡un precioso niño de 4 meses, sano, de ojos azules y blanco…bastante diferente a ellos, que son negros! Esta situación comportará diversos momentos confusos tanto para la sociedad, servicios sociales y sus propias familias, siempre en clave de humor.
No vamos a decir que es una película esencial sobre adopción y que nos va a servir como futuros padres adoptantes sobre la problemática de este proceso, el desarrollo del niño, bla bla bla, pero tiene su gracia. El film en sí no se centra en la adopción ni trata el tema de manera demasiado sentimental, sino que, sin meterse en demasiada polémica, trata sobre racismo inverso. Enseña cómo la sociedad le encanta ver los blanquitos adoptando a niños de otras razas pero que no concibe unos negros adoptando un blanquito. La película es relativamente divertida, los personajes y las conversaciones no son muy trascendentales, pero tampoco está mal que no todo lo que miramos sobre adopción sea tan, no sé cómo decirlo, abrumador, triste, confuso, difícil. Recomendable domingo tarde!
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